En algún momento los ciudadanos libres se encuentran con el tremendo problema de presentar una propuesta que a pesar de ser beneficiosa para la sociedad en su conjunto, puede ser mal vista y descartada por el enfoque ideológico con el que se la presenta.
Si regresamos algunas páginas en el pasado veremos las revoluciones que se han desatado por desacuerdos ideológicos muy fuertes y extremos. Tenemos sembrada ya en nuestra conciencia que cualquier decisión de la economía debe ser socialista, capitalista o una mezcla de ambas, cuando se sugiere que en la economía lo más importante es que esta apoye a comunidades saludables y no pierda tiempo ubicándola en una línea ideológica que solo admite ser socialista o capitalista cuando existen otras opciones para quienes no le ven sentido a ser de izquierda o derecha.
Lo difícil del planteamiento de que toda economía también puede ser algo más que socialista o capitalista es que esto ya es una idea fija en las sociedades.
Toda economía debe dirigirse siempre al beneficio de toda su población y no solo a favor del Estado, burguesía o del proletariado, en toda estructura económica debe estar planteado que ni el fascismo ni el anarquismo son la solución.
Si regresamos algunas páginas en el pasado veremos las revoluciones que se han desatado por desacuerdos ideológicos muy fuertes y extremos. Tenemos sembrada ya en nuestra conciencia que cualquier decisión de la economía debe ser socialista, capitalista o una mezcla de ambas, cuando se sugiere que en la economía lo más importante es que esta apoye a comunidades saludables y no pierda tiempo ubicándola en una línea ideológica que solo admite ser socialista o capitalista cuando existen otras opciones para quienes no le ven sentido a ser de izquierda o derecha.
Lo difícil del planteamiento de que toda economía también puede ser algo más que socialista o capitalista es que esto ya es una idea fija en las sociedades.
Toda economía debe dirigirse siempre al beneficio de toda su población y no solo a favor del Estado, burguesía o del proletariado, en toda estructura económica debe estar planteado que ni el fascismo ni el anarquismo son la solución.
Vrs. Hace mucho se dejaron las ideas totalitaristas de:
“Todo para el Estado, nada contra el Estado y nada fuera del Estado” Mussolini.
O también la perspectiva donde: “El Estado es un instrumento de represión de una clase social sobre las demás clases” descrito así por Marx.
Y aún se puede encontrar, al volver hacia atrás la mirad, las ideas anarquistas que promulgan que: “no es la totalidad de la clase dirigente la que actualmente tiene el control del Estado, sino una minoría que es parte de la clase dirigente, que defiende sus propios intereses y preocupaciones, principalmente conservar el poder”.
Nuestro interés como economistas es la de propiciar un desarrollo económico justo sobre todas las cosas; tarea que no es simple y tampoco nuestra en su totalidad, una sociedad conformada por ciudadanos conscientes y comprometidos con la justicia es el único camino al progreso y no tan solo un grupo de economistas comprometidos pero sin apoyo de esta base de la sociedad.
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