Existen algunas políticas que han sido planteadas por la EEDS que nos da un ejemplo de lo que un verdadero plan de desarrollo debe ser cuando se habla de sostenibilidad.
Se debe ratificar por ejemplo los acuerdos pasados sobre el cambio climático como el de Kioto para reducir las emisiones de gases; reducir el consumo energético, cerrar todas las centrales nucleares y por supuesto aumentar la participación de las energías renovables (creando nuevas leyes del Sector Eléctrico, de Hidrocarburos) siempre con el objetivo de facilitar el ahorro y el uso eficiente de la energía.
Se pueden crear un impuesto finalista sobre la electricidad, elaborar una reforma fiscal sobre los precios de los combustibles (emisiones de CO2), Redactar una normativa de construcción y reparación de edificios con criterios de arquitectura bioclimática.
Un gran incentivo sería reducir un % del impuesto sobre actividades económicas a las empresas que utilicen energías renovables o mantener las bonificaciones a la energía fotovoltaica, fomentar el desarrollo de la energía de la biomasa, incrementar el aprovechamiento hidráulico, sería muy eficiente si se logran reducir las necesidades de transporte motorizado y frenar el crecimiento insostenible del sector.
Bueno, en realidad son más medidas que tienen que ver con ordenación de territorio, turismo, agua, agricultura, pesca, biodiversidad, bosques, residuos, producción industrial, cooperación internacional, educación y participación social. Todas las medidas se toman en cuenta porque son los factores primordiales que deben ser cuidadosamente manejados para realizar un cambio en la sociedad. Pero todo lo que se trate de llevar a cabo en bien de la biosfera tiene que necesariamente contar con el apoyo de las autoridades gubernamentales y la clave de toda sociedad, es decir, su pueblo, no se puede cambiar nada si contamos con un pueblo que desea un desarrollo sostenible pero tiene un gobierno que no representa sus necesidades, y viceversa.
Se debe ratificar por ejemplo los acuerdos pasados sobre el cambio climático como el de Kioto para reducir las emisiones de gases; reducir el consumo energético, cerrar todas las centrales nucleares y por supuesto aumentar la participación de las energías renovables (creando nuevas leyes del Sector Eléctrico, de Hidrocarburos) siempre con el objetivo de facilitar el ahorro y el uso eficiente de la energía.
Se pueden crear un impuesto finalista sobre la electricidad, elaborar una reforma fiscal sobre los precios de los combustibles (emisiones de CO2), Redactar una normativa de construcción y reparación de edificios con criterios de arquitectura bioclimática.
Un gran incentivo sería reducir un % del impuesto sobre actividades económicas a las empresas que utilicen energías renovables o mantener las bonificaciones a la energía fotovoltaica, fomentar el desarrollo de la energía de la biomasa, incrementar el aprovechamiento hidráulico, sería muy eficiente si se logran reducir las necesidades de transporte motorizado y frenar el crecimiento insostenible del sector.
Bueno, en realidad son más medidas que tienen que ver con ordenación de territorio, turismo, agua, agricultura, pesca, biodiversidad, bosques, residuos, producción industrial, cooperación internacional, educación y participación social. Todas las medidas se toman en cuenta porque son los factores primordiales que deben ser cuidadosamente manejados para realizar un cambio en la sociedad. Pero todo lo que se trate de llevar a cabo en bien de la biosfera tiene que necesariamente contar con el apoyo de las autoridades gubernamentales y la clave de toda sociedad, es decir, su pueblo, no se puede cambiar nada si contamos con un pueblo que desea un desarrollo sostenible pero tiene un gobierno que no representa sus necesidades, y viceversa.
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